2 de Julio de 2008
Hace tiempo que Susan Sontag nos interrogó sobre la violencia como un lugar común, como espectáculo cotidiano que nos vuelve indiferentes. Lo escrito por Elena nos conecta con esta autora. ¿Acaso no es un problema ético y de conciencia, tornarnos insensibles ante el violento y la violencia, mediatizados como “normalidad”?
Elena
"Pienso… por ahí es necesario, de una buena vez, comenzar a decir las cosas por su nombre o mínimamente hacernos cargo de la parte que nos toca.
Tenemos ese tipo ahí, al acecho, esperando el momento de darnos el golpe de gracia, burlándose la mayoría de las veces o víctimizándose en otras (según le convenga)…
Y bueno, ese tipo sigue ahí porque lo permitimos, somos responsables. Y cuando digo ‘somos’ me refiero a toda la sociedad. Lo permitimos en el año 84’ cuando se dio cuenta que podía ser impune… se lo permitieron sus colegas, los políticos de turno, los medios, las familias, la sociedad que miró para otro lado… todos.
Y me voy a referir solo al tema de los hechos de violencia por varias razones… Porque parece que todavía no nos dimos cuenta que justamente ese es un delito contra los derechos humanos. Porque no sabemos de qué hablamos cuando hablamos de violencia… y acá los responsables seguimos siendo todos: Algunos medios que para informar sobre cuestiones que hacen al tema miran para otro o se agarran de cosas absurdas perdiendo de vista el objetivo, la sociedad que no reclama, a parte de la policía que aceptó y acepta la violencia como algo que pasa y se repite… sin más. Los políticos a los que en su mayoría les importa un carajo qué le pasa a la gente o cómo ofrecer mejores formas de vida, los profesionales: abogados, médicos y psicólogos que no se hacen cargo del rol fundamental que ocupan en estos casos. Tal vez sea por miedo… y me pregunto ¿hasta cuándo el miedo nos va a paralizar?
Por qué no salimos a la calle y le contamos al resto de la sociedad qué vida tendremos con este tipo con nuevo espacio de poder. Carteles, pasa calles, volantes, voces que no callen! ¿No lo podemos pagar? Sumando siempre se puede…
Si no ocupáramos un poquito más del tema y de los “cubre impunes” (que terminamos siendo todos) la realidad sería otra. Tal vez no tendríamos a un policía trasladado o dado de baja, una enfermera silenciada, (¿y los médicos de entonces , eran mudos?), una madre que se hace la boluda, un esposo que no le pide a gritos a su esposa que vaya, se realice una pericia, que cuente y denuncie, una mujer alejada de la ciudad que le parece que con haberse salvado ya está, hijos testigos de violencia que irremediablemente repetirán el modelo (y no hablan) o un hermano que arregla una golpiza a su hermana a trompadas… NO, no señores… hay que ir y denunciar, mil veces si hace falta… en los medios si les gusta, porque el tema no se acaba cuando zafa una… se acaba cuando el violento ¡Paga!... como debe ser. La violencia es un delito y el violento un delincuente, así de claro, así de simple.
Porque las pruebas están a la vista… después de casi 25 años seguimos teniendo al violento en cartelera ¿por qué?...
Por qué creen que en cada discurso el tipo se victimiza sobre los ataques a su casa mencionando un vidrio o una pintada… nos califica y clasifica pero nunca, Nunca dice: “me acusan de violento y golpeador y yo puedo demostrar que no lo soy”… o de otros cargos que tampoco desmiente.
Y la gente que lo sigue… párrafo aparte para ellos. No los entiendo… puedo pensar que no saben dónde están parados… la impunidad de este tipo y la necesidad de rodearse de manejables, a algunos, les da la posibilidad pasar a mejor vida a través de un cargo, otra que al borde de la vejez se da cuenta que no supo conducirse en la vida, que no aprendió nada, que no capitalizó nada y hoy “apoya” también con la posibilidad de zafar, también hay otros… que se creen el discurso del “encantador de serpientes” , ya van a crecer y se van a querer matar… y al final quedan los que siempre desearon el poder, de donde fuere, pero ruegan que les toque… ya andan a boca de jarro en supermercados y pañaleras ofreciendo cargos… ¡¿pueden creer?!. A lo mejor la media neurona no me funciona y sigo sin entender…
No entiendo a una Viviana Rodríguez que siendo testigo de una situación de violencia en su familia pueda pensar más en un cargo que en el daño que causa la violencia de género.
No entiendo que salga una mujer a pedirle a una candidata (casualmente mujer) que la escuche porque no quiere sufrir más; casi un ruego… al que responden con miles de argumentos politiqueros y enredados… pero no van al punto.
No entiendo al Frepam, a Rita Bustillo o a Suarez… señores: Siéntense a charlar, distribuyan cargos si quieren, prométanse espacios… aprendan a convivir ¡Ustedes también hagan algo! Basta de egoísmos o ventajas personales que terminan perjudicándolos y perjudicándonos…"
Fotografía: Margarito Palmer